miércoles, 25 de septiembre de 2013

Dejame que te cuente XI (Desesperaciòn)

No hay algo tan personal como escribir, y sacar de adentro lo que tenemos.

Estaba allì sentado, cuando de repente se sintio un fuerte olor a muerto en la cara, era un soplo de aire que mezclaba sabores metalicos. Una humareada entro por la ventana de su habitaciòn y en lo lejano se podian oir los gritos desesperados de mujeres pidiendo auxilio, habìa ladrillos desvoronandose en las casas de al lado mientras que todo quedaba marcado por un color a ceniza que cejaba la vista. Eran las once de la mañana y aùn nadie se esperaba lo que estaba por venir.

-es mejor que entres a la casa-  Me dije a mi mismo- . Todo estò se va a poner peor, aliste tres o cuatro cosas y meti los gatos en sus jaulas para llevarlos conmigo, trate de salir a la terraza para observar el desastre pero la puerta estaba bloqueada y se escuchaban pasos afuera de gente desesperada.

Era el unico que estaba tranquilo, la ceniza no transpaso las ventanas y tenìa el panorama perfecto del desastre, abandone mi puesto de padre, y saque a los gatos de sus rejas, tenìa una bolsa de plastico llena de alimento que deje a disposicion divina me sente frente al televisor sin imagen, con un silencio absoluto esperaba el momento de salir. Una desesperaciòn crecìa dentro al mismo tiempo que entendìa lo absurdo de mi situaciòn, o la de mis gatos; que habrìa de ser de ellos sino sabia que podìa ser de mì, y allì, con un dolor profundo en mi columna vertebral se escuchò a lo lejos el segundo golpe. Esta vez fue màs secò y levanto menos polvo, mientras todas las cosas temblaban de espanto yo dirigìa mi atenciòn a los gatos, que me miraban calmados, como si ya tuvieran controlada  la situaciòn...


CONTINUA..

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