martes, 4 de junio de 2013

Dejame que te cuente VIII ( De aqui en adelante. )

Aqui entonces, partimos los dos; continua el recorrido con pasos finos que la elegancia es parte unica de tu esencia, impregname tu aroma como recuerdo de lo que alguna vez vivimos y si la fuerza te alcanza; abrazame una vez màs tan fuerte que cuando me este alejando no sienta la tristeza de  ser incapaz de tenerte presente solo en mi pensamiento.

Tù mirada aùn baja no puede saber que estoy tan cerca que podrias reconocer mis suspiros, y entonces alzas tu cabeza queriendo reconocer el horizonte y despegandote un poco de las teclas de aquel celular viejo, choco sus ojos con los mios e inmediantamente un esbozo de sonrisa se dibujo en la cara y como si el tiempo no hubiera sido suficiente, lo mirò con amor genuino y reconocio muy adentro que jamas habìa dejado de quererlo, apesar del tiempo. Se dijeron màs con la mirada que cualquier hombre pueda haber expresado en letras y con honestidad, ambos sabìan que el amor y la vida los mantenía por aparte; en caminos por recorrer el destino ya estaba escrito y sus decisiones tomadas.


Asì que me di vuelta, con el corazòn derrotado una vez màs, lleno de cobardia y sentí su abrazo apretandome como si quisiera arrancarme el alma de un solo tajo, ese aroma; un calor suspirandome en el oido con un sollozeo que me derrumbaba lo màs profundo. Despues de unos momentos me solto y pude sentir la vida con su muerte en un solo instante y supe que no habia tristeza màs grande en un hombre que haber muerto y vivir para contarla...

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